jueves, 3 de julio de 2014



Primeros ejemplos de arquitectura moderna habitacional plurifamiliar en la ciudad de México

Los edificios de apartamentos de alquiler medio de la 3ª década del siglo XX, el caso de la colonia Condesa, un patrimonio en riesgo

Alejandro Leal Menegus
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), con estudios de maestría en Restauración de Monumentos en el Posgrado de la Facultad de Arquitectura, de la misma institución.

Como resultado de la implementación de la Ley Lerdo (1856) y la consecuente desamortización de las grandes propiedades urbanas de la Iglesia, muchas de estas propiedades fueron adquiridas por capitalistas que buscaron hacer negocios redituables de ellas. Grandes edificaciones fueron fraccionadas y transformadas en vecindades en el centro de la ciudad. Pero también nuevas mega-vecindades fueron creadas en la periferia, donde el propietario buscó maximizar aún más su ganancia. Lo que a la postre ahuyentó a las personas más afortunadas de las vecindades y transformó a la vecindad en una tipología habitacional exclusiva de la capas más empobrecidas de la sociedad. Este negocio inquilinario y su consecuente repercusión en el proceso de desarrollo urbano de la ciudad de México permaneció vigente hasta la segunda década del siglo XX.

Posteriormente los propietarios se enfrentaron constantemente con las organizaciones inquilinarías, las huelgas de pagos y a la postre con la regulación del sistema de alquileres por parte del Estado (el decreto de congelación de rentas de 1942). Por lo que desde mediados de la década de los veinte los capitalistas prefirieron canalizar sus inversiones a otros sectores inmobiliarios. Sectores novedosos como el de la construcción de edificios de apartamentos de alquiler medio, buscando así aprovechar la coyuntura social de carecer de un modelo de vivienda ajustado a las necesidades, deseos y aspiraciones de la creciente clase media de la ciudad de México; en contraste a la arraigada, tradicional pero cada vez más despreciada vecindad, donde esta clase emergente no se veía representada. Pero también con ello, obteniendo un mejor rendimiento de su inversión a pesar del creciente costo del suelo urbano, mediante la implementación de una tipología de vivienda plurifamiliar más densa y vertical, que la vecindad.

La forma que tomaron estos edificios fue decididamente moderna, por lo menos en sus fachadas, donde por ejemplo aparecieron las primeras ventanas que dan la vuelta en las esquinas (como el edificio ubicado en av. Michoacán 123) y algunos otros detalles propios de la construcción en concreto (como la ventana del edificio en Parque España 59); material moderno por definición. Sin embargo, las distribuciones interiores fueran mucho más conservadoras y prevalecieron en ellos espacios y formas de habitar decimonónicas. En cualquier caso, representan los primeros ejemplos de una arquitectura moderna habitacional plurifamiliar en la ciudad de México, aunque su incorporación de la modernidad sea más práctica que teórica y como objetos arquitectónicos estén llenos de incongruencias.

La razón por la cual los capitalistas promovieron la plástica moderna tiene orígenes económicos por una parte, pues resultaba más redituable construir una arquitectura moderna austera, con menos detalles y ornamentos que al final repercutían en el costo final del inmueble, el cual además iba a ser destinado a la renta. Pero también tiene orígenes sociales, pues el promover arquitectura moderna se empalmaba con la voluntad y aspiración de modernidad por parte de la creciente clase media, que veía reflejada en estos los espacios y el cosmopolitanismo promovido en el cine y en las revistas de variedades. Como es bien sabido, son los grupos sociales en ascensión económica los que permiten o donde se facilita el implementar cambios en las formas de habitar, pues por definición están ávidos de transformar sus costumbres en razón de cumplir con sus aspiraciones. En contraste con las capas más pobres de la sociedad que sólo buscan satisfacer sus necesidades más básicas y las más acomodadas que normalmente operan como los guardianes de la tradición.


   

Definición tipológica

Fueron edificios de vivienda plurifamiliar vertical (de por lo menos dos pisos de altura), comúnmente erigidos en lotes urbanos destinados originalmente a casas unifamiliares, situación particular que condicionó su partido arquitectónico y caracterizó su diseño. Los edificios quedaron emplazados en las colonias formadas afuera de lo que hoy se conoce como perímetro A del Centro Histórico, es decir, fuera del casco histórico de la ciudad. En todas las colonias que se fundaron después de la desamortización y sobre todo durante el periodo Porfirista (1876-1910), desde la desaparecida colonia ‘De los arquitectos’ hasta colonias más recientes como fueron la Condesa, la Roma o Narvarte.

Fueron edificados tanto con sistemas tradicionales de construcción, como son los muros de carga de mampostería recubiertos con aplanados, como con sistemas novedosos para la época como fueron las losas y cerramientos de concreto armado, así como con cancelarías a base de perfiles metálicos. En su interior contaban con instalaciones hidrosanitarias modernas, como son el agua corriente caliente en cocina y baño, el tener por lo menos un sanitario y un baño con lavabo y tina, además de una cocina provista con estufa de gas. Todas las habitaciones estaban dotadas de luz eléctrica y contactos. El programa arquitectónico generalmente contaba con vestíbulo de entrada, sala, comedor, baño, cocina, dormitorios y una pequeña zona de servicio. Cada apartamento tiene por lo menos un acceso independiente que daba al área común, que por lo general era pequeña y sólo servía para ese propósito. Los edificios constaban por lo menos de un cubo de luz y ventilación en su interior. Un gran número de ellos tenían comercios en la planta baja y no tenían cocheras. Dependiendo del tamaño del edificio en la azotea podían o no existir cuartos de servicio para los empleados domésticos, así como bodegas para cada apartamento; siempre había lavaderos y tendederos comunes; y en algunos aparecieron los primeros ‘Roof garden’ o espacios pergolados que funcionaban además de remate plástico de la fachada del edificio. 


Los edificios de apartamentos de alquiler medio en la 3ª década del siglo XX en la Colonia Condesa

La Condesa colinda con la colonia Hipódromo, Hipódromo Condesa, Roma Norte y San Miguel Chapultepec. Con las dos primeras conforma el área denominada genéricamente como ‘Condesa’. Queda circunscrita dentro del polígono comprendido por la Av. Insurgentes al oriente, Circuito Interior al poniente, Viaducto al sur y Av. Chapultepec al norte. Hecho curioso que evidencia los alcances originales de los “Terrenos de la Condesa” que incluían originalmente a todas éstas colonias. Una parte de la colonia Condesa, de norte a sur entre la Av. Veracruz y el Eje 2 sur Juan Escutia se encuentra dentro del límite sur poniente del área de conservación patrimonial de la delegación Cuauhtémoc. El área de conservación que incluye los perímetros A y B de conservación patrimonial del centro Histórico de la ciudad de México.

De los setenta edificios de apartamentos de alquiler medio de la tercera década del siglo XX en la Colonia Condesa existentes en mayo 2008, veintiséis de ellos el 37 % pertenecen la categoría de edificios de más de tres niveles con accesorias en planta baja, como el edificio en la calle de Atlixco 13. El siguiente grupo más numeroso es el de los edificios de más tres niveles sin accesoria, como el edificio en la av. Veracruz 27, existen veinticuatro de ellos y representan el 34 %. El siguiente grupo es el de los edificios de tres niveles con accesorias, como el edificio en la calle de Vicente Suarez 156, con nueve ejemplos y el 13 % del total. Después siguen los edificios de dos niveles con accesorias, existen cinco y representan el 8 %. De los edificios de tres niveles y dos niveles sin accesoria sólo existen tres de cada uno y representan el 4 % respectivamente, un ejemplo de ellos sería Mazatlán 90.

La lotificación de la Colonia Condesa es compleja, sin embargo, se podría decir de manera general que por sus características existen dos grandes zonas. La primera: la denominada zona ‘A’ está ubicada al sur oriente (entre las avenidas Mazatlán, Michoacán, Tamaulipas y la calle Juan de la Barrera), en esta las manzanas y lotes son más pequeños que en la zona ‘B’; la zona ‘B’ (ubicada entre José Vasconcelos, Veracruz, Alfonso reyes y Mazatlán) es considerablemente menos extensa que la ‘A’ pero sus manzanas y lotes son de mayor tamaño. Esto se puede explicar en parte, porque la zona B es anterior, en esta se encuentran las construcciones de mayor antigüedad de la Colonia.

Sobre el levantamiento se pueden sacar algunas conclusiones. Si bien no existe un censo anterior para poder saber con exactitud el número total de edificios desde este tipo que hubo en la Colonia Condesa, se puede afirmar que los que existen hoy en día representan un número importante de los que llegaron a haber. Pues la destrucción de la arquitectura del siglo XX en la Colonia se ha centrado sobre todo en la vivienda unifamiliar y en particular en la transformación de casas unifamiliares en edificios de apartamentos. Debido principalmente a que un buen número de estos edificios pasó de ser edificio de alquiler a condominio o copropiedad y por tanto actualmente no exista un único dueño que facilite la compra/venta de dicho inmueble. Sin embargo, actualmente con especulación inmobiliaria y el encarecimiento de la zona están dadas las condiciones para que aun con estas condiciones sea rentable alcanzar su compra/venta, colocando en riesgo el patrimonio que estos edificios de apartamentos representan. También indirectamente corren peligro como vecinos de terrenos donde se construyen nuevos edificios con estacionamientos subterráneos como fue el caso de Zamora 79 que sufrió un derrumbe parcial debido a los trabajos de construcción mal llevados en el terreno contiguo.
 
Sobre las estadísticas obtenidas del levantamiento sabemos que los edificios de más de tres niveles con accesorias son lo más numerosos; lo que nos ilustra la intensidad del uso del suelo en la tercera década del siglo XX en la Colonia Condesa. Considerando que gran parte de los terrenos donde se desplantaron estos edificios fueron de pequeñas dimensiones, pues estaban destinados originalmente a vivienda unifamiliar. Más aún, se trastoco el carácter residencial original de la Colonia al transformar el uso habitacional en uso mixto, al tener gran parte de estos edificios accesorias de carácter comercial en PB. Lo que represento una estrategia de rentabilidad ofreciendo a los propietarios además de los alquileres de los apartamentos, otro tipo de alquileres como el de los negocios de las plantas bajas.

Esta primera arquitectura moderna ha sido menospreciada por la sociedad y por la historiografía de la arquitectura por representar un momento de transición complejo de difícil caracterización, y también de alguna forma por no ser la arquitectura emblemática de la época. Pues en su mayor parte fue realizada sin arquitectos, por algunos ingenieros, pero sobre todo por maestros de obra. De ahí su naturaleza “naive” y su forma de incorporar la modernidad de manera más práctica que teórica. Es decir, esta arquitectura esta poco documentada por ser una arquitectura moderna popular, más cercana a los capitalistas de la época que a la academia. Sin embargo, es un vivo ejemplo de la génesis de la transformación hacia la modernidad de la ciudad de México. Más aun, las personas que han tenido la fortuna de habitar estos edificios pueden afirmar la buena calidad de vida que estos espacios ofrecen, otra razón además de la histórica por documentar y preservar este patrimonio para la posteridad. 





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